“Como exclusiva de rancio
sabor a rosa pálido, el tebeo trató
de vendernos las vacaciones del Rey en Almería. Incluso hablaban de la
residencia. Al final, nada de nada para descrédito del periódico de cada vez
menos almerienses”.
Con este piropo dirigido a
su colega matutino despierta hoy a sus lectores ‘Diario de Almería’, el periódico
del Grupo Joly que dirige el que fue en su día redactor-jefe de ‘La Voz de Almería’, Antonio Lao. ¿Razones?
Esta vez la ausencia del Rey en la costa de Almería durante sus vacaciones
estivales. Recordemos que Diputación invitó a los recién nombrados Reyes de
España a pasar unos días de vacaciones en Almería, un lugar que había recorrido
precisamente unas semanas antes.
‘Diario de Almería’ le
tiene ganas a su colega. Se ve, se palpa. Porque no es la primera vez que se
manifiesta en éste o parecidos términos. Lo hizo también hace unas cuantas
semanas a raíz de cierto acontecimiento relacionado con el Milenio. El periódico
nunca quiso desvelar aquel ataque, pero en los mentideros periodísticos de la
capital dan pelos y señales.
 |
Diario de Almería |
Este ataque entre colegas
y competidores tiene larga tradición en la prensa española. Generalmente parte
de una iniciativa del débil, a la que el más fuerte responde con la
indiferencia. La última más conocida a escala nacional fue promovida por Luis
María Ansón, desde el diario ‘La
Razón’, contra el que había sido su periódico, ‘Abc’, el ‘Abc
verdadero’, que decía.
Guardando las distancias,
entre aquel ataque de carácter nacional y éste de carácter local hay bastantes
similitudes. Recordemos que durante muchos meses ‘La Razón’ intentó atraer a su
parcela a los lectores del histórico periódico de la calle Serrano de Madrid
ofreciéndose por el módico precio de 50 céntimos (o 50 pesetas, no recuerdo). El
periódico almeriense de la familia Joly se ha ofrecido a 50 céntimos durante
varios años. Ahora cuesta algo más, pero muy por debajo del precio habitual de
los diarios de papel.
Cada vez que se producen
rifirrafes de este tipo es casi obligatorio hacerse la misma pregunta: ¿Debe un
periódico trasladar al lector las batallitas internas que libra contra alguien
de la competencia? Particularmente creo que no. Siempre he desconfiado en el
tendero que no ve más que debilidades en el tendero de al lado. Los
consumidores –los lectores no dejamos de ser consumidores- somos mayorcitos
para saber en qué tienda debemos comprar. No creerlo así incita a inclinar
nuestra apetencia hacia el tendero de al lado y no hacia el provocador.
Hay, por el contrario, que
hacer partícipe al lector de estas cuitas entre colegas cuando lo que hay en
entredicho son actos denunciables. Pero entonces no basta con el insulto y la
descalificación. Hay que razonarlos y argumentarlos. En esta ocasión, ‘Diario
de Almería’ descalifica a su colega porque el Rey no ha venido a Almería, a
pesar de ser invitado por Diputación. ¿De verdad que esta ausencia merece un
reproche así o hay algo más detrás?
Hace un par de veranos ‘Diario
de Almería’ vendió a escala nacional, y tal vez mundial, la noticia en primicia
de que los futuros reyes de Holanda pasaban sus vacaciones en la costa de Almería.
Dio la noticia como cierta y sin margen de duda. Posteriormente, también ‘La Voz de Almería’ se subió al
carro de esa ‘noticia’. ‘Los reyes de Holanda nunca han estado en Almería’, fue
el titular de un artículo que publiqué días después en ‘La Voz de Almería’. El periódico
de Joly nunca rectificó su información, absolutamente falsa.
Desgraciadamente, la
publicación de noticias no contrastadas es frecuente en la prensa española. La
publicación de ‘Fe de errores’ prácticamente ha desaparecido de los periódicos,
y cuando se utiliza es para rectificar apellidos o datos, no para decir, como don
Juan Carlos, aquello de “Perdón, me he equivocado, no volverá a ocurrir”. En el
caso de la visita de los Reyes, ‘La
Voz de Almería’ no dio por cierta la información, sino que se
hizo eco de un rumor, o un deseo, y de la invitación formal formulada por
Diputación. La ‘campaña’ –porque aquello fue una campaña- resultó muy positiva
para los intereses turísticos de Almería.
La prensa de papel
atraviesa por momentos muy delicados. Los medios de información alternativos le
están ganando terreno. En el caso de Almería, lo hemos manifestado más de una
vez: es insostenible la edición de tres diarios de papel cuando, entre los tres,
ni siquiera llegan a los 10.000 ejemplares. ‘Diario de Almería’ es un buen periódico,
pero de escasa aceptación entre los lectores. Apenas vende 2.000 ejemplares a
pesar de su reducido precio. Pero una mala situación como esa no se arregla
echando mierda sobre la puerta del tendero de al lado. A Antonio Lao, su
director, no se le reconoce en estas batallitas.
Me gustaría hacer, por último,
una aclaración sobre este artículo que acabo de redactar. Quien lo firma no
responde a ‘La voz de su amo’. No tengo relación contractual económica alguna con el periódico
que edita José Luis Martínez. Mis artículos se publican en varios medios. También
en ‘La Voz de
Almería’. Y si alguno de ellos no se publica en ‘Diario de Almería’ no es por
deseo propio, sino porque Antonio Lao consideraba –así me lo transmitió
verbalmente, y le di y le doy la razón- que no es adecuado escribir en ambos
periódicos a la vez. Como titula su columna Juan Megino, escribo ‘Desde mi
independencia’.