Bankia
se retira de Almería. La entidad bancaria que llegó a tener en nuestra
provincia alrededor de una docena de oficinas entre las regentadas con la marca
Bancaja y las que estaban bajo el rótulo de Caja Madrid ha decidido replegarse
a sus “lugares operativos naturales”. Recordemos que Bankia es la ficha
bancaria con la que opera el Banco Financiero y de Ahorros, fundado
conjuntamente por Caja Madrid y Bancaja y la adhesión de La Caja de Canarias, Caixa
Laietana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia, todo ello bajo la dirección de
Rodrigo Ramo. En Almería solamente disponían de oficinas las dos primeras
entidades.
El
cierre de las oficinas de Almería afecta a diez sucursales y 26 extinciones
laborales, hasta dejar solamente dos oficinas y 36 trabajadores. Según nos
hemos podido informar, las dos oficinas que se salvarán del cierre serán una de
particulares y otra de empresas, ambas en la capital. Es posible que también
permanezca abierta la oficina de El Ejido, que parece que presenta buenos
resultados.
En
otras provincias andaluzas los efectos de este repliegue comercial de Bankia
tiene efectos aún más devastadores. En total, en la comunidad autónoma las
extinciones de empleo afectarán a 334 trabajadores de una plantilla algo
inferior al millar. En Sevilla serán rescindidos 82 contratos laborales y serán
cerradas 33 oficinas, mientras en Málaga los trabajadores afectados serán 89 y
las oficinas 32. En el resto de provincias andaluzas, el número de trabajadores
afectados y el de oficinas cerradas serán éstos: Cádiz, 48 y 19,
respectivamente; Córdoba, 25 y 9; Granada, 30 y 12; Huelva, 16 y 7, y Jaén, 18
y 7. Emilio Ruiz.
El imperio financiero con el que Rato soñó
Emilio Ruiz
Rodrigo Rato no abandonó en octubre de 2007 el cargo de director gerente del FMI (Fondo Monetario Internacional), donde gozaba de un suculento sueldo, para apuntarse a las listas del INEM. Volvía a su país de origen con un objetivo concreto: hacer de Caja Madrid la primera entidad financiera española. Y a punto estuvo de conseguirlo, al menos por volumen de activos.
Para conseguir su propósito, primero se embarcó en una arriesgada operación de fusión con Bancaja, la caja en proceso de quiebra que había sido el primer soporte financiero de los desmanes de la Comunidad Valenciana. Al proyecto, después se le uniría un grupo de cajas más pequeñas: La Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia. Todas juntas formaron un cóctel explosivo que hizo tambalear hasta los cimientos del sistema financiero europeo y español.
Rato no consiguió el propósito de hacer de Bankia la primera entidad financiera por volumen de activos, pero cerca estuvo de conseguirlo. Se quedó en tercer lugar (273.000 millones), tras Santander (316 mil) y BBVA (300 mil), por delante de Caixabank (273 mil) y Popular (161 mil). Pero al mismo tiempo que hacía del viejo Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Madrid un monstruo financiero, los pies sobre los que apoyó el proyecto eran de barro. Tanto, que el Gobierno español y la Unión Europea tuvieron que acudir a su rescate con una inyección de más de 30.000 millones de euros que ya se nos ha dicho que son irrecuperables. Es decir, los pagaré el contribuyente.
Como siempre, los desmanes no cobran su precio del bolsillo de quienes los provocan, que sería lo lógico. Lo cobran mandando al paro a unos empleados inocentes, que eran ajenos por completo a los tejemanejes que se dilucidaban en las altas esferas financieras del país. Triste, pero así es. Veintiséis trabajadores de Bankia en la provincia de Almería pasarán a engrosar ahora las listas del paro. ¿Por falta de diligencia profesional? Qué va, por falta de diligencia profesional que quienes han considerado la entidad un instrumento de poder al servicio de oscuros intereses. ¿Y es posible que tanta temeridad y tanta irresponsabilidad queden impunes? Pues, fíjense, es posible.