No
sé si mi percepción es una desvirtuación de la realidad, pero creo que Rafael Hernando tiene un punto de
provocador con el que se siente cómodo. Le gusta pisar charcos. A otros les gusta
chupar candados. Esta semana, las hostias que no pudo darle a Alfredo Pérez Rubalcaba se las han dado
a él. Y no todas justas. Nunca debió decir que
no conoce ningún niño de Almería que tenga que acudir a un comedor escolar,
porque su obligación es conocerlo. Pero tiene razón cuando afirma que los
primeros obligados en la alimentación de los niños son los padres. Lo dice el
Código Civil: “El padre y la
madre, aunque no ostenten la patria potestad, están obligados a velar
por los hijos menores y a prestarles alimentos”. Es tan obvio…
Llega
fuerte Mariano Ramírez a la
presidencia de Almería Centro. Pide toldos para las calles céntricas. Es una
petición razonable. En otras ciudades los hay y los viandantes lo agradecen. Cuando
los visitantes llegan a una ciudad, lo primero que buscan es el centro. A
centro muerto, ciudad muerta.
Rogelio Mena, alcalde de Albox, es
diputado provincial. Pero, a juzgar por sus palabras, poco confía en los
letrados de la institución. Ante una demanda, “los abogados de Diputación nos
dijeron que había que pagar”. Le dieron el caso al letrado Alfredo Najas y lo ganó. “Si le hubiéramos hecho caso al abogado de
la Diputación
el Ayuntamiento habría pagado 300.000 euros”.
Cuando
Esperanza Oña, alcaldesa de
Fuengirola, dice que José Antonio Griñán
“ha nombrado heredera” a Fulanica de
Copas, ¿qué quiere decir exactamente? Vaya, no sabía yo que Susana Díaz… Emilio Ruiz.